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lunes, 18 de enero de 2016

OLA DE CALOR

Ante una ola de calor, se debe de tener un 


cuidado muy especial con los lactantes, con las personas mayores de 80 años, y personas mayores o enfermos que vivan solos.





¿Qué efectos puede tener el calor excesivo en el organismo humano? 




La exposición excesiva al calor, sobre todo con humedad ambiental alta, puede provocar situaciones de agotamiento por calor, golpe de calor o insolación. 





El agotamiento por calor se produce por la pérdida de líquidos y sales minerales por el profuso sudor, y si no se corrige, puede evolucionar hacia el golpe de calor. 





Es especialmente grave en los bebés, ancianos y personas enfermas.






Se caracteriza por sensación de cansancio, flacidez y desmayo; con dolor de cabeza, náuseas y vómitos, pulso débil y rápido, respiración acelerada y piel fría, pálida y húmeda. 




Golpe de calor o insolación se produce por una exposición de larga duración al calor, o por realizar ejercicio físico intenso o trabajar en ambiente caluroso


 y húmedo, de manera que el organismo pierde abundantes líquidos por el sudor.



 El paciente tiene aumento de la temperatura, hasta 40ºC, piel seca, enrojecida y caliente, con dolor de cabeza, nauseas, somnolencia y sed intensa. 


Puede llevar a un estado de confusión, convulsiones y pérdida de conciencia. 




Requiere tratamiento inmediato ya que puede llevar a la muerte o producir graves secuelas.



 Debe intentar refrescar el cuerpo mediante toallas o sábanas mojadas y aireándolo.

Recomendaciones para prevenir el agotamiento o el golpe de calor.

1. En la vivienda:
Permanezca dentro de la casa el mayor tiempo posible, en los pisos bajos o en las habitaciones más frescas de la vivienda y fuera de la luz del sol. 



Cubra las ventanas que reciben el sol por la mañana o por la tarde, con cortinas, celosías, toldos o persianas. 




Abra las ventanas durante la noche.
Vístase con ropa suelta, ligera (algodón, lino) y cómoda, de colores claros.



Refrésquese con una ducha o mojándose con agua fresca en los momentos de más calor. 




Compruebe que la heladera esté en perfecto estado de funcionamiento para asegurarse bebidas frescas y la correcta conservación de los alimentos. 





2. En la calle: Vístase con ropa ligera y de colores claros, que refleja el calor y la luz del sol y ayuda a mantener la temperatura del cuerpo. 




Protéjase con un sombrero de ala ancha y moje ligeramente la cara y la ropa de vez en cuando.
Evite tomar demasiado el sol





Dísminuyen la capacidad de la piel de mantener la humedad y temperatura. 
Busque la sombra al andar por la calle, y evite salir a la calle al mediodía.

3. Alimentación:

Prepare comidas equilibradas, ligeras y regulares. Evite las comidas calientes, copiosas y de digestión lenta. 



Aumente el consumo de frutas de verano y verduras que aportan al organismo líquidos y sales minerales. 



Beba bastante agua regularmente aunque no sienta sed (1 0 2 vasos de líquido cada hora). 



Si padece alguna enfermedad que le exige dieta con restricción de líquidos (epilepsia, enfermedades cardíacas, renales o del hígado) debe consultar al médico.


 
Evite la ingesta de bebidas alcohólicas. Aunque la cerveza y las bebidas alcohólicas parecen calmar la sed, en realidad facilitan la deshidratación.

4. Evite el trabajo y la actividad física intensos durante las horas de más calor del día. 



No trabaje o haga ejercicio sólo, realice descansos frecuentes.