No puedo recibirme, no puedo bajar de peso, no puedo dejar a esa persona, no puedo cambiar de trabajo, no puedo organizarme, no puedo tolerarlo.
En estos ejemplos podemos ver como el recurrente “no puedo” es una manera que utilizamos las personas para auto limitarnos a través de nuestra forma de hablar.
Lo cierto es que, en cada uno de los ejemplos mencionados, si las personas que lo dicen se lo propusieran, podrían lograr bajar de peso, separarse de una persona, cambiar de trabajo, aprender a organizarse o tolerar algo que dicen no poder.
Cada vez que decimos “no puedo”, hacemos una afirmación negativa, como si en realidad no tuviéramos el poder para hacer aquello que encadenamos bajo la frase “No puedo”.
Con sólo decir “no puedo” la persona piensa que lo que quiere no depende de ella, ni de sus elecciones, sino de otras personas, de circunstancias externas.
Si no tengo el control de algo, entonces, no tengo el poder para lograrlo.
Pensamos de ésta manera porque desconocemos el poder que tiene nuestra mente.
Cuando un ser humano observa el mundo, éste se convierte en aquello que él piensa. Estamos creando constantemente sin ser conscientes de ello.
Siente que las cosas ya son como te gustaría que fueran.
NO ES QUE “NO SE PUEDA HACER ALGO”, LA REALIDAD ES QUE NO CONOCEMOS EL PODER DE NUESTRA MENTE Y DE NUESTROS PENSAMIENTOS.
Sé el creador de tu vida.