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domingo, 25 de mayo de 2014

MEMORIA Y EDAD

Antes se creía que la pérdida de la memoria y la confusión eran parte normal del proceso de envejecimiento. Sin embargo, hoy en día los científicos saben que la mayoría de las personas se mantienen alerta y tienen un buen uso de sus facultades a medida que envejecen, aunque es posible que les tome un poco más de tiempo recordar las cosas.
Memoria y Edad han sido desde los principios de las sociedades dos términos íntimamente relacionados. Hablar de olvidos, fallos de memoria o dificultad para aprender cosas nuevas era, hasta hace poco, hablar de vejez.
Estos dos conceptos tan estrechamente vinculados han marcado, hasta hace solo unas décadas, la justificación en la "no actuación" ante las quejas de falta de memoria expresadas en la consulta por parte de las personas mayores. Sin embargo, hoy se reconoce que la pérdida de memoria es un proceso en el que intervienen numerosos factores, y que sobre alguno de ellos se puede intervenir favoreciendo la estimulación y el funcionamiento cognitivo. Los olvidos y problemas de memoria no son exclusivamente resultado del proceso del envejecimiento. Hay personas de muy avanzada edad que siguen desarrollando sus trabajos de forma impecable (Actores y actrices, escritores, políticos, profesores de universidad, etc.) Cuando una persona mayor con quejas de memoria realiza un programa de intervención, mejora de forma objetiva y subjetiva el funcionamiento cognitivo. Resulta evidente que la edad es un factor importante a tener en cuenta en los fallos de memoria, sin embargo está comprobado cómo otra serie de variables personales y ambientales, tienen un peso específico tan importante o incluso mayor.

Factores ambientales como la jubilación, la disminución de estimulación cognitiva por menores exigencias del medio o por falta de costumbre, el uso de herramientas como la calculadora, la memoria en los teléfonos, agendas y relojes con alarma, el estrés, la ansiedad y la depresión son también, factores muy presentes en personas mayores que dificultan un funcionamiento mnésico satisfactorio. También influye en la percepción del funcionamiento de nuestra memoria nuestro nivel de exigencia, es decir, cómo vivimos un olvido o la causa  que le atribuimos.  Sobre el funcionamiento de la memoria se han establecido diferentes hipótesis, sin embargo todas ellas y la práctica empírica muestran como nuestra memoria no se encuentra alojada en un sitio único; más bien la memoria sería el resultado del funcionamiento conjunto de múltiples estructuras cerebrales.
El paso de tiempo suele afectar algunas funciones cognitivas tales como la velocidad de procesamiento, la memoria reciente y la capacidad de encontrar las palabras con igual rapidez. Diversas investigaciones han demostrado que el entrenamiento de las funciones mentales es un factor protector frente a estos problemas. Hoy se sabe que la declinación cognitiva no es inevitable y que existen factores que nos protegen frente a ella.
El programa de entrenamiento cognitivo es una forma de ejercitación teórico-práctica que tiene como fin transmitir estrategias para preservar la agudeza mental fundamental para lograr una buena calidad de vida.


viernes, 2 de mayo de 2014

BENEFICIO QUE OFRECE LA ACTIVIDAD LÚDICA EN LA SENECTUD.

Tras la jubilación, los individuos se encuentran con un tiempo que antes dedicaban a trabajar y que desde ese momento queda sin ocupación. Además en muchas de las situaciones, las cargas y las obligaciones familiares también disminuyen, dejando más tiempo libre que necesitan ocupar.
La necesidad de mantener las redes sociales se ve provocada tanto por la llegada de la jubilación como por la marcha de los hijos del hogar e incluso, llegado el momento, por la pérdida de la pareja.
Los efectos de la actividad lúdica sobre la salud física, mental y afectiva han sido ampliamente estudiados y confirmados. El juego, entre otras cosas, es capaz de generar entornos de alta motivación, lo que favorece el seguimiento de los tratamientos. Cualquier programa dirigido a la promoción de un envejecimiento saludable puede verse beneficiado por la impronta que el enfoque lúdico le aporta.
Además, jugar favorece el desarrollo de otros muchos aspectos:
Ejercita las habilidades cognitivas y Estimula la percepción sensorial
Los juegos de preguntas y respuestas y aquellos que requieren atención y concentración nos ayudan a mejorar la memoria. Los juegos de palabras y letras o cálculo ayudan a practicar algunos hábitos necesarios para el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana. Además, el aprendizaje y memorización de las reglas de cualquier juego contribuye también al mantenimiento de las habilidades cognitivas. El juego en compañía, sea cual sea su temática u objetivo, es siempre una oportunidad para la mejora y uso del lenguaje.
Potencia el contacto social y la comunicación
El juego compartido fomenta las relaciones sociales y la comunicación al tiempo que estimula la satisfacción emocional y la seguridad. Además, jugar en contacto con otros permite hacer una valoración ajustada de nosotros y de los demás, ampliando el conocimiento de nuestro entorno. Los juegos cooperativos son especialmente adecuados para promover los mensajes positivos y reforzadores dentro del grupo.
Ofrece nuevos entornos para el aprendizaje
Los ambientes estimulantes generados por la actividad lúdica facilitan el proceso de enseñanza-aprendizaje. Cualquier edad es adecuada para adquirir nuevos conocimientos y el soporte lúdico nos hace aprender casi sin darnos cuenta. El ocio formativo es también una excelente alternativa para el tiempo libre.
Mejora la movilidad y agilidad
Todos aquellos juegos que requieren coordinar los movimientos del cuerpo, movilizar de forma pausada las articulaciones o realizar estiramientos, contribuyen de forma muy positiva a mantener las habilidades sensoriales y motoras, potenciando el conocimiento de uno mismo y del mundo.
La tercera edad es una etapa a la que, en la mejor de las perspectivas, todos arribaremos, por ello debemos esforzarnos desde ahora, por mejorar la calidad de vida de quienes ya están en ello y construir cada uno, una vida sana integrada a la familia. También es necesario abandonar esa idea tradicional de que los adultos mayores sólo deben dedicarse a la oración y a esperar silenciosos y resignados la muerte. En el mundo donde la tónica general del adulto mayor suele ser el que dispone de más tiempo libre la integración a grupos de personas de su misma edad realizando actividades de su preferencia, el participar en Centros para mayores  es una de las opciones de gran beneficio a este sector de población