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martes, 26 de noviembre de 2013

EL SÍNDROME DE BURNOUT

El síndrome de burnout es una patología derivada de la interacción del individuo c

on 


unas determinadas condiciones psicosociales nocivas de trabajo. El producto de dicha interacción, es lo que denominaremos "síndrome de estar quemado por el trabajo" (SQT), habitualmente conocido como "síndrome de burnout"


Cuando no se realiza la evaluación y la prevención de riesgos psicosociales o no se protege adecuadamente al trabajador frente a esta consecuencia, el SQT puede aparecer.


Aún resultando evidente que la exposición a unas determinadas condiciones psicosociales de trabajo puede afectar a la salud del trabajador.


Si el trabajador manifiesta una merma de salud psicofísica debida a esta exposición, el resultado tiende a interpretarse en términos de vulnerabilidad individual.

a unas características individuales

 diferenciales "débiles" comparado con "otros" o bien debido a su entorno extralaboral. 




Muchos trabajadores identifican estar quemado con estar a disgusto, estar harto, sentirse agobiado, tener un mal día en el trabajo, etc., pero no se observa la verdadera sintomatología del síndrome.



Hay que significar que se trata de un proceso insidioso que habitualmente deriva en consecuencias severas para la persona. 



Es importante resaltar que esta patología es consecuencia, fundamentalmente por la exposición a unas determinadas condiciones de trabajo y no está originada por una deficiencia en la personalidad del individuo.




El burnout es consecuencia de la exposición a estresores laborales. 


Esta interacción del trabajador con unas determinadas condiciones laborales de riesgo puede provocar el síndrome, siendo, por tanto, una consecuencia sobre la es salud en la persona que se deriva del trabajo.





 Caracteriza más en trabajos de "servicios humanos" de ayuda. No obstante, se ha identificado en otros profesionales como directivos, mandos intermedios, deportistas, entrenadores, etc.



La comunidad científica acepta conceptualmente el planteamiento empírico de la tridimensionalidad del síndrome (Maslach y Jackson, 1981), que se síntomatiza en cansancio emocional, despersonalización y reducida realización personal.





Partiendo de un enfoque psicosocial, el burnout se ha conceptualizado como un síndrome con sintomatología de agotamiento emocional (los trabajadores ya no pueden dar más de sí), 


despersonalización (desarrollo de sentimientos negativos, actitudes y conductas de cinismo hacia las personas objeto de trabajo) y baja realización personal en el trabajo (tendencia de los profesionales a evaluarse negativamente).
En estos profesionales se produce un endurecimiento afectivo y sus conductas son vistas por los usuarios de manera deshumanizada.
Algunos autores plantean la posibilidad de que este síndrome se presente de forma colectiva, destacando en el SQT propiedades de contagio. Esto explicaría los porcentajes altos que a menudo en los estudios de colectivos se presentan.



En consecuencia, teniendo en cuenta lo expuesto, se define operacionalmente el concepto como:



 Va
Tdmü

Nk

"una respuesta al estrés laboral crónico integrada por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado. 



Ésta respuesta ocurre con freculle 

Es frecuente en los profesionales de la salud.
También en los Cuidadores de personas con discapacidad, adultos mayores, etcétera, sean profesionales  o familiares.









Esé




(Fuente: Centro nacional de Condiciones de Trabajo. Síntesis del artículo de Manuel Hidalgo Vega, nada|licenciado en psicología)




viernes, 22 de noviembre de 2013

CONDUCTAS NEGATIVAS HACIA LOS ADULTOS MAYORES

"La vasta mayoría de la población de todas las culturas tiene un cúmulo de conductas negativas hacia las personas viejas, inconscientes algunas veces,  muchas conscientes y activas."(SALVAREZZA: op. cit. 23).
De esto surge la necesidad de mencionar un concepto que encierre este fenómeno, el cual es viejismo, que define el conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a los viejos simplemente en función de su edad.  Otro término utilizado es  gerontofobia que se refiere a una conducta de temor u odio irracional hacia los viejos, de manera que es menos abarcativa y debe ser incluída dentro del  viejismo  y NO utilizarla como sinónimo.
La imagen del anciano se ve afectada como se dijo por parte de jóvenes y viejos, sin embargo, "La imagen de los ancianos se acentúa negativamente entre grupos de jóvenes: es aquí donde se muestra una discrepancia más intensa del comportamiento real de los viejos"(íbidem, 280), porque en realidad son los jóvenes o las generaciones de estos los que cargan los estereotipos y prejuicios por lo que es necesario hacer o generar una mayor conciencia de la situación real del anciano.  Lograr este cambio de actitud tiene una gran importancia debido a que la imagen del anciano se internaliza desde edades muy tempranas y posteriormente cuando los jóvenes llegan a esta edad se comienzan a autopercibir tal y como percibían a los "viejos" cuando ellos eran jóvenes. 
"Nuestros estereotipos colectivos respecto de las personas de edad avanzada se concretan en unas prácticas negativas que, de una manera u otra, no hay, verdaderamente un lugar para los ancianos"(JACQUES, op. cit. 149). 
Por creencias sobre la inutilidad de este periodo de la vida en sociedades que valoran la etapa de juventud y de intercambio productivo mercantil en edades anteriores a la vejez, se considera esta etapa como peor por no ser productiva laboral, ni socialmente.
Surgen dudas como: ¿Por qué existe esa marginación de una generación a otra, si la misma generación que margina posteriormente va a ser marginada?, ¿Quienes van a ser los primeros en dar el cambio a nivel cultural para que el anciano tenga un lugar en la sociedad?

martes, 19 de noviembre de 2013

ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD

El concepto de salud refiere a una condición íntegra de bienestar físico, mental y social.
La salud no es sencillamente la no presencia de enfermedad, denota el estado del “equo” del individuo o del conjunto de la sociedad, en donde los aspectos psicológicos son tenidos cada vez más en cuenta.
La salud obedece al cuidado que se dé el individuo a sí mismo y de la prevención y tratamiento de la problemática que pueda dañarla. Pero la salud depende de sistemas sociales de apoyo positivo y cambio o adaptación del medio que nos rodea.
Para ser saludable, una actividad física debe pasar por distintos controles profesionales y ser referenciada directamente con la salud.
En la adolescencia el hombre busca la salud para tener éxito en el deporte. En la adultez y, entre los adultos mayores, el hombre busca el deporte para triunfar en la salud.
Con respecto a la salud mental, podemos decir que es el conjunto de conocimientos suficientes para la vida humana. Es decir, que nos permitan vivir mejor. Es el estado resultante de un proporcionado uso del tiempo libre en forma ociosa, aludiendo al concepto ocio en su expresión positiva.
Generalmente el adulto mayor dispone de mucho tiempo libre, el cual puede ser ocupado por un ocio creativo, generador de evolución y equilibrio personal.
La enorme mayoría de las personas que han cumplido entre 65 y 70 años han dejado de lado el trabajo profesional para ocuparse de actividades que antes eran accesorias y ahora pasan a ser casi esenciales en sus vidas.
Es, por consiguiente, importante un programa dirigido con propuestas en el ámbito de la actividad física y deportiva recreativa, adaptadas a todas las condiciones de edad, como práctica y hábitos saludables desde el punto de vista psíquico, corporal y social, para, así,  favorecer la integración de muchas personas con el objetivo de incrementar su nivel de autoestima y valoración personal, generando nuevos estímulos para cubrir las últimas etapas de la vida con una amplia referencia de calidad de vida.
Estos programas que combinan lo físico, lo psíquico y lo social, se enmarcan plenamente en la definición actual de salud.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

¿QUÉ ES LA PRÁCTICA SEXUAL LLAMADA PETTING?

Petting es la palabra inglesa que describe una práctica sexual que no incluye la penetración. También se usa esta denominación en muchos lugares incluso fuera de Estados Unidos. En México, la palabra para ello es faje, en España se llama magreo y en Argentina franeleo.
Pero ninguna de esas palabras pormenoriza una práctica exacta. El petting varía según quién lo practica. Puede ir desde unos besos y unas caricias leves por encima de la ropa hasta el sexo oral.
Muchos adolescentes antes de llegar a tener relaciones sexuales completas, es decir, con penetración, llevan a cabo estos juegos eróticos con sus compañeros sexuales. Su sexualidad en este momento es exploratoria.
Según estudios recientes, es muy común entre los adultos. En la cultura Oriental es una práctica milenaria.
El petting no tiene nada de malo. A los adolescentes les ayuda a comenzar su vida sexual, a conocerse mejor a sí mismos y a conocer el cuerpo y los deseos de sus parejas. También les ayuda a liberar la tensión sexual que se produce en esta etapa de sus vidas.
Antes no se lo nombraba así. “Franeleo”, era quizás su versión más conocida, donde se realiza todo tipo de práctica sin llegar a la penetración, llevando a una relación sexual igualmente satisfactoria.
El deseo sexual se puede activar con prácticas como el ‘petting’. Para que éste se mantenga activo en parejas que llevan muchos años juntas, el “petting” puede ayudar. Reencontrarse, volver a descubrirse y la necesidad de jugar hasta llegar al punto máximo del deseo que existe con el coito, produce un acercamiento que enriquece el vínculo afectivo.
Los juegos del deseo como el “petting”, permiten despertar la sexualidad dormida y puede llegar a ser una práctica de alto voltaje donde el deseo sexual se desata.

viernes, 8 de noviembre de 2013

SEXUALIDAD Y PARKINSON

¿Los síntomas de la EP pueden ser un impedimento en la predisposición a tener relaciones sexuales?
Si bien se ha definido al Parkinson como una enfermedad signada por los síntomas motores de rigidez muscular, temblor y lentitud, hoy sabemos que puede presentar un amplio abanico de manifestaciones no motoras, entre ellas se cuentan los problemas de la función sexual. Hablar de problemas sexuales en la EP es hablar de los síntomas propios de la entidad y no solamente de una consecuencia de la disfunción motora. Asimismo, esta problemática impacta no solamente en la calidad de vida del paciente, sino también de su pareja. La disfunción sexual en la EP es compleja y multicausal ya que intervienen factores psicológicos, neurobiológicos, farmacológicos y fisiológicos; mas allá de lo estrictamente relacionado con la enfermedad. Cabe aquí recordar que la EP es más frecuente en personas mayores de 60 años y la edad en sí misma es un factor de riesgo para alteraciones del funcionamiento sexual en la población general. Además es en esta edad en la cual confluyen otras dolencias como la hipertensión arterial, la arterioesclerosis, la diabetes mellitus entre otras, que por sí solas pueden agravar cuando no generar trastornos en el normal funcionamiento sexual. La depresión, que como es sabido puede afectar a muchas personas con EP, puede interferir con la actividad sexual, por si sola o, como también ocurre con la hipertensión arterial, por acción de los fármacos usados para combatirlas a ambas.

¿La medicación que se utiliza en el tratamiento de la EP puede afectar la sexualidad de la pareja?

Algunos fármacos que se utilizan en el tratamiento, como ciertos antidepresivos y neurolépticos, pueden tener como potencial efecto adverso alteraciones en la función sexual normal. Por otro lado, varios agonistas dopaminérgicos, inhibidores de la monoaminooxidasa B y hasta la propia levodopa pueden generar aumento de la libido e hipersexualidad en el contexto de lo que se llama “trastorno del control de impulsos”. Este grupo de trastornos derivado de una alteración de los llamados “sistemas cerebrales de recompensa” se da sólo en algunos pacientes que tienen cierto perfil con dificultades en el manejo de distintos impulsos y se cree que habría factores de predisposición genética implicados. Muchos de estos pacientes no lo manifiestan en la consulta porque les resulta embarazoso o porque no lo vinculan con la enfermedad o con estas medicaciones o porque nosotros los médicos no lo preguntamos explícitamente. Todo ello resulta en un alto índice de infradiagnóstico de este problema y la consiguiente falencia en el manejo de la enfermedad.

¿Dado que los pacientes fluctúan en periodos de On y Off, es conveniente planificar las relaciones sexuales? ¿Esa falta de espontaneidad puede ser contraproducente para la pareja?

A pesar de no existir una línea guía, se recomienda a los pacientes hacer coincidir la actividad sexual con los “buenos momentos”(períodos ON). De hecho hay personas con EP que prefieren mantener sus relaciones íntimas en la mañana cuando están bajo la estimulación dopaminérgica o bajo los efectos del “beneficio por sueño”. En mi experiencia, cuando estos temas son discutidos previamente con la pareja no genera menoscabo a la relación a pesar de que se planifiquen estos momentos

¿Qué hago si tengo problemas sexuales, con quién lo hablo?

Es de vital importancia la temprana detección de las alteraciones en la esfera sexual en pacientes afectados por la EP para optimizar el manejo terapéutico. Para ello es fundamental una buen relación médico paciente en donde la persona con EP pueda discutir esta problemática con confianza y tranquilidad. De esa manera el médico irá contemplando los distintos factores que podrían estar implicados en la génesis de estas alteraciones para un abordaje integral en donde, en no pocas ocasiones, se recurrirá al trabajo interdisciplinarios de otros especialistas como urólogos, ginecólogos, internistas, psiquiatras, psicólogos, entre otros, para que junto al paciente se elaboren las estrategias necesarias para recuperar una vida sexual plena.        

Entrevista al Dr. Alejandro Pellene, neurólogo del Programa de Parkinson, y Movimientos Anormales del Hospital de Clínicas de Buenos Aires UBA                                                             

martes, 5 de noviembre de 2013

TABAQUISMO

Los riesgos del tabaquismo son hoy uno de los mayores desafíos y problemáticas de la salud pública en los 5 continentes. Según reveló la OMS, el consumo de tabaco es la segunda causa mundial de mortalidad después de la Hipertensión Arterial. Además, provoca 1 de cada diez muertes en adultos en el mundo y es la causa de fallecimiento más prevenible en muertes evitables.
Las cifras son alarmantes. La OMS informó que el tabaquismo provoca al año el fallecimiento de 6 millones de personas y más de 600.000 muertes anuales suceden  en fumadores pasivos, es decir quienes no fuman pero se encuentran expuestos al humo del tabaco. De mantenerse estas estadísticas para el 2030 la cifra aumentaría a 8 millones anuales.
Los fumadores se enferman más y en general presentan menor productividad que los no fumadores. Por esto, la mayoría de las grandes empresas de todo el país tienen políticas de ambientes laborales 100% libres de humo. Por otra parte, la ley nacional de control del tabaco (ley 26.687) estipula lugares de trabajo cerrados 100% libres de humo. Al dejar de fumar mejorará su desempeño en cualquiera que sea su lugar de trabajo y le será más fácil cumplir con la prohibición de fumar.
El cigarrillo produce  dependencia física a la nicotina y dependencia  psicosocial.
El humo del tabaco afecta particularmente a los pulmones que es por donde ingresa el humo. Se ven lesiones en diferentes niveles del aparato respiratorio:
Aumento de las secreciones en la tráquea y los bronquios, lo que lleva a tos crónica y expectoración habitual, sobre todo, por las mañanas. El aumento de las secreciones se asocia con mayor riesgo de sobreinfecciones por virus y bacterias asociado con bronquitis crónica.
Destrucción de la superficie de los alveolos (enfisema) que produce una disminución del paso del aire.
El consumo de tabaco daña el pulmón desde que se empieza a fumar. Los adolescentes fumadores ya tienen obstrucción leve de las vías aéreas y una disminución del crecimiento de la función pulmonar. Las mujeres parecen ser más susceptibles a esto que los hombres. Fumar se asocia con un menor rendimiento deportivo ya que los pulmones tienen menor capacidad.
 La enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una afección pulmonar que se caracteriza por una obstrucción de las vías aéreas progresiva y en general no reversible. El 90% de los casos se deben al tabaquismo y uno de cada cuatro fumadores la desarrolla. Dejar de fumar disminuye el riesgo de tener EPOC. Se estima que en la Argentina hay entre 2,5 y 3 millones de personas que sufren la enfermedad.
El cigarro va asociado a gran cantidad de situaciones, como tomar un café, hablar con los amigos, sentirse nervioso, etc.  Algunos fuman de modo automático después de comer, al hablar por teléfono, etc., sin darse cuenta. Por abstinencia, se fuma porque no se ha podido fumar durante un tiempo, como premio, por estrés, aburrimiento o por estar en un evento social. Situaciones todas que, cuando se producen, llaman a fumar. En esto último consiste la dependencia psicosocial.

 Argentina  promulgó la reglamentación de Ley 26.687 -de "Regulación de la publicidad, promoción y consumo de los productos elaborados con tabaco"- "La prohibición de la publicidad dispuesta por la ley y la obligatoriedad de los espacios libre de humo son medidas que ayudan a disuadir a las personas de fumar y hace que haya menos estímulos para que los jóvenes se inicien. 

lunes, 4 de noviembre de 2013

EL ENVEJECIMIENTO EN EL MUNDO

Cada vez es más frecuente oír hablar de la "revolución de !a longevidad" o del "boom de los abuelitos. Así, las Naciones Unidas decidieron conmemorar en 1999, Año Internacional de las Personas de Edad, bajo el lema de "Una sociedad para todas las edades"
Para los países el envejecimiento poblacional representa un desafío en el orden cultural, político y económico, ya que necesitan promover la participación de esta franja etárea en la sociedad así como satisfacer sus necesidades
En la última mitad del siglo XX, se evidenció un aumento de la esperanza de vida promedio de la población mundial alrededor de 25 años.
La disminución de las tasas de fecundidad y la mayor esperanza de vida están alterando el panorama demográfico de los países en todo el mundo, cuestionando no solo nuestras ideas sobre la manera de financiar la asistencia a las personas mayores, sino también nuestras actitudes ante el envejecimiento.
En el futuro, el hecho de que el planeta se convierta en escenario de la convivencia de cuatro o cinco generaciones alterará necesariamente la identidad y la función social de los ancianos. Es posible afirmar que ha llegado el momento de poner en primer plano el respeto a las personas de edad avanzada y promover su activa participación social, a través de la instrumentación de políticas públicas pertinentes.
El envejecimiento poblacional requiere un cambio de pensamiento acerca de lo que significa ser AM (Adulto mayor).
Para el año 2050, por primera vez en la historia, personas mayores de los 60 años superarán en número a los niños menores de 15 años.
El informe sitúa el bienestar social y el bienestar económico de los ancianos en 91 países, se inscribe en un panorama cada vez más complejo de envejecimiento y lo que significa para el mundo. Por un lado, el hecho de que las personas están viviendo más tiempo es un testimonio de los avances en la atención de la salud y la nutrición, y los defensores subrayan que las personas mayores debe ser vistos no como una carga, sino como un recurso. Por otra parte, muchos países aún carecen de un régimen básico de protección social que proporcione ingresos , salud y vivienda para sus jubilados.
No están trabajando lo suficientemente rápido para hacer frente a un envejecimiento de la población más rápido que nunca.
Muchos gobiernos se han resistido a abordar el tema en parte porque se considera sumamente complicado , negativo y costoso - lo cual no es necesariamente cierto , dice Silvia Stefanoni , director ejecutivo de HelpAge International. Japón y Alemania , dice, tienen entre las mayores proporciones de ancianos en el mundo, pero también cuentan con economías estables.
Actualmente nos encontramos con dos realidades contradictorias. Por un lado hay un culto al ser joven. Lo cual trae aparejado un temor al envejecimiento. Por el otro lado, debido a los avances de la medicina, nos encontramos con un envejecimiento de la población mundial.
El ingreso y el tránsito de todas las etapas se puede volver dificultoso, pero junto con este doble mensaje, el envejecimiento, se vuelve aún más complejo.
La cultura de nuestros días le da la espalda a esta realidad, haciendo culto al “ser joven” y a la productividad, desplazando cada vez más a los adultos mayores. Nuestra cultura se encuentra bajo el mito de que el viejo ya “no sirve”, ya no tiene un “para qué seguir viviendo”. Estos mitos van contribuyendo a que tengan un “falso envejecimiento”. Dicha problemática indica un síntoma social que es necesario tratar.
La Organización de las Naciones Unidas enunció en el 2001 unos principios a favor de la vejez , que hacen referencia a que es necesario elaborar y fomentar diferentes medios de estimulación para las personas de edad.
La vejez es una etapa en donde el hombre continúa desarrollándose, sigue vivo el deseo de encontrarle sentido a su vida, de encontrar el “para que” de su vida. “Lo que importa es el sentido concreto de la vida de un individuo en un momento determinado” .

“Nuestra sociedad debe prepararse para un envejecimiento saludable, activo, que promueva la independencia de las personas y que convoque a hacerse cargo de nuevos desafíos”.

viernes, 1 de noviembre de 2013

LA LONGEVIDAD A TRAVÉS DE LA HISTORIA


Mientras que en la actualidad se contempla al viejo como un ser “pasado, fuera de modas y como a un estorbo. 


En otras civilizaciones y épocas históricas se les consideró como una fuente de sabiduría y experiencia, por lo que a su vez sirvió como consejero de las distintas comunidades donde residía, participando en todos los aspectos de la vida cotidiana.     



                                                     
Así tenemos que "La vasta mayoría de la población de todas las culturas tiene un cúmulo de conductas negativas hacia las personas viejas, inconscientes, algunas veces, muchas conscientes y activas."(LEOPOLDO SALVAREZZA: op. cit. 23).                                                                        
Destacando las etapas históricas más importantes y  en forma cronológica a lo largo de la historia y hasta nuestros días, observamos los distintos valores bajo los cuales la vejez ha sido interpretada, por diferentes culturas:


En la Prehistoria era vista desde una perspectiva positiva por su virtud en supervivencia  Se consideraba al anciano como el depositario del saber y transmisor de la memoria del clan El ser anciano constituía un símbolo con un valor divino dentro de la tribu.


Dentro de la cultura egipcia, la palabra anciano significaba sabiduría. Al anciano se le otorgaba un papel dirigente por la experiencia y sabiduría que le confiere su larga vida.



En la sociedad griega existieron diferentes formas de entender la vejez.  Atenas permaneció fiel a la juventud.

 La actitud contraria la presenta la ciudad de Esparta, la cual tenía un senado, Gerusia, compuesto por veintiocho miembros todos ellos mayores de sesenta años. 

Consecuentemente los espartanos respetaron a los ancianos por considerarlos transmisores de sabiduría.




La tradición hebreo-cristiana. Los ancianos jugaron un papel importante en la conducción del pueblo hebreo. El Consejo de Ancianos se creó como una iniciativa divina por lo que a estas entidades se le conferían grandes poderes religiosos y judiciales  Es durante el período del rey hebreo  Roboam  cuando el consejo pierde su poder y la imagen del anciano comienza a deteriorarse.



La cultura romana se caracterizó por: la tolerancia, la capacidad de adaptación, su sentido práctico de la vida y, por último, su cosmopolitarismo.


 Concedía autoridad al anciano, un poder tan grande sobre la familia y esclavos, que hizo que llegaran a ser odiados y temidos.


La República fue la época de oro de los ancianos, donde se confiaba el poder político a los hombres de edad avanzada.




En los primeros años del cristianismo, los ancianos continuaban ostentando un cierto poder y eran respetados, pero a partir del s. V, la vejez se convierte en un símbolo negativo cuya llegada va a ser temida por todos. La peste negra en el año 1348 Se ensañó especialmente con niños y adultos, el número de ancianos sufre un considerable aumento, de 1350 a 1450, quienes ganaron posición social, política y económica.                                                                                                             
El desprecio a la vejez se manifiesta en las artes y en las letras.
Con la llegada de la Revolución Industrial,  al ser humano se le valora por el trabajo que ha realizado al servicio de una institución pública, privada, de forma autónoma, etc... 



y el Estado se siente obligado a compensarle ante el resto de la sociedad. ( Tom Paine en 1796.) Así se crean los sistemas de seguros sociales y todo un modo de estudio de probabilidades de sobrevida. Con el aumento de las expectativas de vida, se mantiene el procedimiento, aunque postergando la edad de jubilación, en el bien entendido que si el viejo ya no es productor, a lo menos, mantenerles un cierto nivel de consumidor.



A finales del siglo XIX  se comienza a separar a la vejez de la enfermedad del anciano y nace por un lado la Gerontología y por el otro la Geriatría.



Como es de conocimiento común, las culturas de Oriente tratan de manera muy diferente a sus ancianos y ancestros.  Japón, por ejemplo, conmemora cada 15 de septiembre el Día del Respeto a los Ancianos.