La enfermedad de Parkinson pertenece a un grupo de
enfermedades llamadas trastornos del movimiento. Es crónica, neurodegenerativa y progresiva,
lo que significa que sus síntomas empeoran con el tiempo.
La
enfermedad de Parkinson se produce cuando las células nerviosas, o neuronas, en
un área del cerebro conocida como sustancia negra mueren o se dañan.
Normalmente, estas neuronas producen una sustancia química importante en el
cerebro conocida como dopamina. La dopamina es un mensajero químico responsable
de transmitir señales entre la sustancia negra y la siguiente "estación de
relevos" del cerebro, el cuerpo estriado, para producir movimientos suaves
y decididos. La pérdida de dopamina produce patrones anormales de activación
nerviosa dentro del cerebro que causan deterioro del movimiento. Los estudios
demuestran que la mayoría de los pacientes con Parkinson ha perdido 60 a 80 por
ciento o más de células productoras de dopamina en la sustancia negra en el
momento de la aparición de los síntomas.
La edad promedio de inicio es de 60 años, y la incidencia aumenta
significativamente con la edad. Sin
embargo, alrededor del 5 al 10 por ciento de las personas con enfermedad de
Parkinson tiene una enfermedad de “inicio temprano” que comienza antes de los 50 años de edad.
Los síntomas tempranos de la enfermedad de Parkinson son tenues y se producen gradualmente. Las personas afectadas pueden sentir temblores leves o tener dificultad para levantarse de una silla. Pueden notar que hablan muy suavemente o que su escritura es lenta y parece apretada o pequeña. Pueden perder la pista de una palabra o un pensamiento, o pueden sentirse cansados, irritables, o deprimidos sin una razón aparente. Este período muy temprano puede durar largo tiempo antes de que aparezcan los síntomas más clásicos y obvios. Los síntomas de la enfermedad a menudo comienzan de un lado del cuerpo. Sin embargo, a medida que evoluciona, la enfermedad finalmente afecta ambos lados. Aún después de que la enfermedad involucra ambos lados del cuerpo, los síntomas a menudo son menos graves en un lado que en el otro. Los cuatro síntomas primarios de la enfermedad de Parkinson son:
Los síntomas tempranos de la enfermedad de Parkinson son tenues y se producen gradualmente. Las personas afectadas pueden sentir temblores leves o tener dificultad para levantarse de una silla. Pueden notar que hablan muy suavemente o que su escritura es lenta y parece apretada o pequeña. Pueden perder la pista de una palabra o un pensamiento, o pueden sentirse cansados, irritables, o deprimidos sin una razón aparente. Este período muy temprano puede durar largo tiempo antes de que aparezcan los síntomas más clásicos y obvios. Los síntomas de la enfermedad a menudo comienzan de un lado del cuerpo. Sin embargo, a medida que evoluciona, la enfermedad finalmente afecta ambos lados. Aún después de que la enfermedad involucra ambos lados del cuerpo, los síntomas a menudo son menos graves en un lado que en el otro. Los cuatro síntomas primarios de la enfermedad de Parkinson son:
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Temblor. El
temblor asociado con la enfermedad tiene una apariencia característica.
Típicamente, el temblor toma la forma de un movimiento rítmico hacia adelante y
hacia atrás a una velocidad de 4-6 latidos por segundo
Rigidez. La
rigidez, o resistencia al movimiento, afecta a la mayoría de las personas con
enfermedad de Parkinson. Un principio importante del movimiento corporal es que
todos los músculos tienen un músculo que se opone. El movimiento es posible no
solamente porque un músculo se vuelve más activo sino porque el músculo opuesto
se relaja. En la enfermedad de Parkinson, la rigidez sobreviene cuando, en
respuesta a señales del cerebro, el delicado equilibrio de los músculos
opuestos se perturba. Los músculos permanecen constantemente tensos y
contraídos y la persona tiene dolor, o siente rigidez o debilidad.
Bradicinesia. La
bradicinesia, o el retardo y pérdida del movimiento espontáneo y
automático, es particularmente frustrante debido a que puede hacer que las
tareas simples sean algo difíciles. La
persona no puede realizar rápidamente movimientos rutinarios. Las actividades,
antes realizadas rápida y fácilmente, como asearse y vestirse, pueden tomar
varias horas.
Inestabilidad
postural. La inestabilidad postural, o deterioro del equilibrio, hace que
los pacientes se caigan fácilmente. Las
personas afectadas pueden desarrollar una postura encorvada en la cual la
cabeza está inclinada y los hombros caídos.
Un número de otros síntomas puede acompañar a la enfermedad
de Parkinson. Algunos son menores; otros no lo son. Muchos pueden tratarse con
medicamentos o fisioterapia. Nadie puede predecir qué síntomas afectarán a un
paciente individual, y la intensidad de los síntomas varía de una persona a
otra.
*Depresión. *Cambios
emocionales. *Dificultad
para tragar y masticar. *Cambios en el habla. *Problemas
urinarios o estreñimiento. * En la piel. * Calambres.* Hipotensión ortostática. * Calambres musculares y distonía. * Dolor. * Fatiga y pérdida de energía.